Zombie escape

Todo lo que recuerdo, es que un día desperté en una recóndita habitación de lo que parecía ser una mansión
abandonada, no recordaba nada, no sabía como había llegado hasta allí pero lo que si tenia claro es que iba siendo hora de salir. Me dirigí hacia la entrada principal, golpee duramente la puerta pero estaba totalmente bloqueada por el otro lado, tanto las puertas que llevaban al jardín, a la azotea... en fin a cualquier lugar que me permitiera salir, estaban cerradas.


Empezaron a temblarme las piernas porque todo empezaba a quedarse oscuro, estaba anocheciendo y no tenia ninguna forma de iluminar, probé desesperadamente los interruptores y lógico ninguno funcionaba empece a correr como un loco por la casa, se empezaban a escuchar arañazos tras algunas puertas cerradas por un candado, estaba a punto de perder el juicio cuando encontré un farol de aceite que por suerte estaba lleno, lo encendí con una cerilla y camine en dirección a ninguna parte.


Los sonidos de arañazos no cesaban es más se empezaban a escuchar lamentos y gemidos, no sabía que hacer, todo estaba cerrado y si no me mataba algo, moriría de el susto cuando se me acabara el aceite. Detrás mía escuche un porrazo más fuerte de lo normal, giré tímidamente la cabeza un brazo podrido asomaba por un agujero una puerta a la izquierda del pasillo, controlé el grito que iba a soltar y rápidamente me escondí en una habitación y puse cosas en la puerta para que me diera tiempo para pensar como salir.


Aparté una cama para colocarla también en la puerta pero me encontré con que debajo de está había una entrada al alcantarillado. Mientras la miraba dudoso escuché golpes en la puerta de la habitación y se me quitaron todas las dudas, abrí la reja baje y volví a tapar la parte de arriba. Una vez abajo me fije en que era una mazmorra, no una alcantarilla, pero aún así tenia esperanzas de que hubiera una salida al final.


Había grilletes por toda la pared en la primera sala vi un esqueleto que parecía haber servido de comida a lo que fuera que vi antes y rezaba por no ser el postre. Caminé por un pasillo estrecho y bastante largo para dar a unas escaleras que bajaban aún mas abajo. No lo dudé por el miedo a que me hubiera seguido aquella cosa. Una vez terminaron las escaleras tuve que abrir una puerta que estaba bastante oxida y me costo lo mio ademas de volver a cerrarla para que no pasara nada.


Ya iba a seguir mi camino cuando escuche pasos bajando por las escaleras. Así que aligeré el paso pero intentando no hacer ruido. Tras pasar unas cuantas habitaciones escuché golpes procedentes de la puerta que deje cerrada por lo que corrí un poco y me encontré con otra escaleras, bajé y vi que había dos puerta para elegir ,cada una en el lado contrario de un pasillo, por lo que se me presentó un dilema.


Mientras pensaba cual elegir una de la puertas calló en seco y detrás de ella salio un zombie que salió corriendo detrás mía. Sin pensarlo dos veces me metí por la otra puerta y la cerré. Salí corriendo como alma que lleva el diablo hasta ver una puerta metálica con cerradura, las llaves las tenia un esqueleto sentado en una silla, parece que murió de aburrimiento. Pase la puerta metálica y eché la cerradura con la llave, ya me sentía más seguro, ya que esa puerta aguantaría un buen rato si es que caía.


Empecé a correr para llegar al final lo más rápido posible, sinceramente tenía muchísimo miedo o salia de allí o me volvería loco. Iba de pasillo en pasillo de sala en sala, subiendo y bajando escaleras, parecía no tener fin aquella mazmorra me dolían las piernas de no parar en horas y vi que al farol le quedaba poco aceite por lo que tenia que encontrar una salida ahora mismo. Pero no, no hubo suerte, seguía sin llegar a ningún sitio agotado recorrí un pasillo más largo de lo normal, a mitad de este el farol se apagó y tras unos minutos me desmayé debido al hambre y el miedo que tenía.


Desperté apresado por grilletes en la mazmorra, la sala estaba iluminada por dos velas, no quería gritar para evitar que un zombie viniera a por mi, aunque probablemente lo haría de todas formas. Tiré de las cadenas tan fuerte como puede, pero era inútil, no conseguí soltarme de ninguna manera.


Un buen rato después los grilletes se abrieron como por arte de magia no quería saber ni como ni porque solo cogí una de las velas que allí y después salí pitando hacia otra sala, por el camino recordé que ya no tenía el farol y aunque lo tuviera no tenia aceite, solo disponía de la vela hasta que se apagara pero aún así tenia que salir de allí.


Fui de nuevo de sala en sala, pero esta mazmorra era diferente, ademas había muertos pero eran recientes no como los esqueletos de antes, ese lugar olía a podrido completamente costaba respirar, escuché aire correr y si corría aire es que había alguna salida fui corriendo a comprobar de donde venia el sonido, pero evidentemente, correr con una vela es igual a que esta vela se apague.


Me quede a oscuras y noté como si hubiera caído hacia abajo, me di la vuelta y vi al fondo una mesa que era la única zona iluminada, me acerque rápidamente, había una nota sobre la mesa, y decía:






                                                        BIENVENIDO


-Querido amigo fue usted invitado a nuestra pequeña fiesta, en esta casa mis chicos hace ya 50 años que no comen nada y ya iba siendo hora de que les trajera un aperitivo espero que comprendas que debes colaborar pues no dispones de escapatoria alguna.






Sin darme tiempo ni a soltar la nota, unos brazos putrefactos me llevaron en las sombras...


                                                                     FIN

La ciudad viral.

Hace 1 mes, la ciudad de Nueva York fue declarada en cuarentena un virus había convertido a una gran parte de la población en zombies y si, pobre de mi, yo vivo en Nueva York. No me di cuenta de nada en menos de un mes se han comido a una gran parte de la población yo me mantengo en mi casa, con mi tío, excombatiente de guerra, tiene un arsenal de armas interesante en su garaje y mientras hacen algo por evacuar si es que lo hacen, con el estoy seguro.

En cuanto se declaró la cuarentena empezó a instruirme en el uso de la armas ya voy bastante bien tengo mi propia pistola, mientras no demos señales de vida podremos sobrevivir, ya que si los zombies nos siguen hasta casa... estamos jodidos.


Ese día y si día de noche ni se te ocurra salir fuimos a buscar algunos víveres a un supermercado cercano por suerte cuando llegamos estaba intacto por lo que no podría haber muchos problemas dentro. Entramos
y un zombie corrió hacia nosotros mi tío Rayan le disparo en la cabeza y luego un par de veces más en el suelo, no te puedes fiar, mata y remata. Empezamos a meter cosas en un saco, comida gratis, que más se puede pedir. Un zombie gordo, pero gordo, gordo intentaba correr hacia nosotros, en las horas que tardó en acercarse cogí una guitarra de una vitrina y se la partí en la cabeza, después le disparé para asegurarme


Volvimos a casa y escuchamos la radio sonar, por fin iban a decir el punto de evacuación:


-(*Pitido*) Supervivientes diríjanse hacia el hospital Presbyterian en la azotea hay una zona de aterrizaje, cada hora un helicóptero parará allí. Dejaremos muchos agentes en el hospital para limpiar la zona, apresúrense.


Mi tío dijo:


-Javier, nos prepararemos para partir mañana lo haremos lo más rápido posible, los alrededores del hospital son las zonas más afectadas, así que llevaremos armas pesadas y menos comida.


-Vale, empecemos a preparar las cosas.


Fuimos al garaje y empezamos meter armas y víveres en la camioneta. Más tarde después de hacer todo el equipaje fuimos a dormir.


A la mañana siguiente sacamos algo más de comida del sótano y comenzamos el viaje. Tendríais que ver a mi tío conduciendo, parece que vas en un coche de formula uno y eso que es una camioneta. Empecé a pensar cuanto tardaríamos así que pronto le pregunte:


-Rayan, a ¿Cuánto está el hospital de aquí?


-Pues a unos 3 días de viaje.


-Y ¿Donde pasaremos la noche?


-Improvisaremos, no es que falten casas.


-Pues la verdad es que razón no te falta, pero esperemos encontrar algo pequeño que podamos asegurar rápido porque una casa grande lo mismo nos sale un zombie de un armario.


-Cierto cuando este cerca la noche nos pararemos en lo primero que pillemos.


Tras pasar una hora de viaje paramos a comer en una zona desierta, para que no pudieran sorprendernos.
La verdad es que yo me puse morado, volvimos a montarnos en la camioneta y seguimos con el viaje, mi tío comenzó a comentarme lo que haríamos cuando llegáramos al centro, cerca del hospital:


-Cuando lleguemos a la zona centro de la ciudad haremos todo lo posible por llegar por la mañana para así tener tiempo de acceder al hospital antes de que anochezca porque ahí si que no podemos pasar la noche porque no encontrarían seguro. En la parte de atrás de la camioneta te habrás fijado que hay una ametralladora fija, pues tu deberás tomarla cuando estemos llegando y fulminar a eso cabrones para que no nos frenen, de los de delante me ocupo yo, no te preocupes.


-Esta bien pero, mañana enséñame a usarla bien para evitar problemas mayores.


-Si, pensaba hacerlo, con lo que puedes tener problemas es a la hora de recargar pero mañana aprenderás a hacerlos.


Pronto el sol empezó a ocultarse, nos paramos en una pequeña casa en el campo estaba totalmente vacía pero aun así por seguridad nos atrincheramos en una habitación y la blindamos. A mitad de la noche ambos nos despertamos sobresaltados, algo estaba golpeando la puerta, así que cogimos una escopeta
semi-automática cada uno y nos preparamos a abrir la puerta:


-(Susurrando) Rayan ¿Qué hacemos?


-(Susurrando) Ponte delante de la puerta apuntando hacía ella la abriré y disparas.


Mi tío abrió la puerta una especie de zombie enano saltó pero conseguí dispararle antes de que cayera sobre mi, luego mi tío lo remató en el suelo y volvimos a cerrar la puerta, vimos que ese bicho era como una mutación de los zombies normales, sabiendo que había algunos con habilidades no humanas, pensamos en ser más cautos a la hora de llegar a la ciudad. Pero ahora hay que dormir pues mañana hay que tener los reflejos al máximo.


Una vez amaneció volvimos a proseguir el viaje, ahora mi tío se encontraba algo perturbado por lo que paso la noche anterior, ya que si no sabíamos a lo que nos enfrentábamos no podíamos saber como hacerle frente.
Tras un rato de silencio me dijo:


-Bien, he estado pensando y creo que deberíamos planear una estrategia para la entrada en la ciudad, ya que visto lo visto no me fío de entrar a lo loco.


-¿Qué tenemos que hacer entonces?


-Pues traje 10 granadas, las usaremos para despistarlos, en cuanto escuchen el estruendo todos irán como becerros a ver si tienen comida y esa será nuestra oportunidad de avanzar.


-Buena idea y deberíamos llevar Rifles de asalto ya que si son muchos con escopetas no daremos a basto.


-Si , claro.


Paramos de repente y nos bajamos mi tío me iba a enseñar a usar la ametralladora fija de la camioneta.


-Bueno chico, hoy ya toca, sube a la parte trasera.


Me enseñó detalladamente como cargar y apuntar sin que se desestabilice pero pronto seguimos avanzando, antes de que oscureciera.


Cuando volvió a caer la noche, paramos en una pequeña chabola en mitad de la carretera, blindamos una habitación, dejamos las armas cargadas, vamos el procedimiento rutinario. Casi no podía dormir del nerviosismo, solo una noche de diferencia para luchar por nuestras vidas y escapar o morir en el intento, pero terminé durmiéndome ya que no podía más de tanto viaje en coche.


Al amanecer volvimos a la camioneta y antes de partir hicimos un plan:


-Rayan entonces cuando haya muchos zombies juntos hay que tirar una granada alejada de nosotros para que la sigan y luego avanzar ¿Cierto?


-Si y ante todo rapidez. Ve atrás donde la ametralladora y prepárate estamos a un par de kilómetros de la ciudad


Tras prepararme partimos, había que intentar mantener la calma o todo estaría perdido. Poco a poco nos acercábamos a la ciudad y pronto algún que otro zombie se abalanzo sobre la camioneta sin éxito ya que me ocupé de ellos rápidamente. Y estábamos llegando a la plaza central que estaba cerca del hospital, pero entre que mataba zombies que nos seguían con la ametralladora mi tío frenó en seco. Estábamos frente a la plaza central como era de esperar, estaba al completo, así que era hora de poner en practica la estrategia "Granade in your ear" me baje despacio de la furgoneta y lancé una granada hacia una calle a la izquierda de la plaza y volví a montarme cuidadosamente y ¡¡¡CATAPUMBLUMBLUMBLUMBLÁ!!. Todos corrieron hacia la calle y nosotros aceleramos y pasamos la plaza con éxito, ya veíamos el hospital pero al mirar hacia atrás un zombie saltarin se había subido a bordo y saltó sobre mi. Le agarre la cabeza desesperadamente en un intento porque no me mordiera mi tío soltó una mano del volante, le disparó y me dijo:


-Toma la pistola y mátalo yo tengo que seguir conduciendo.


Le dispare varias veces y lo eché de una patada fuera de la camioneta. Una vez frenamos y entramos en el hospital, subimos hasta la azotea vimos un helicóptero que acababa de irse por lo que teníamos que esperar una hora más, pero eso no era todo, los zombies no habían seguido y estaban subiendo las escaleras tiré un par de granadas para destruir la parte final de la escalera y al menos ganar algo de tiempo. Surtió efecto pero unos cuantos de zombies saltarines habían subido por la pared, comenzamos a dispararles con los rifles con los rifles de asalto no son muy resistentes por lo que cayeron rápido volvimos a observar la parte de la ex-escalera estaban montándose unos encima de otros para subir, pero otra buena granada les quitara las ganas.
La tiré y cayeron como si fueran la torre Eiffel.


Pronto otro helicóptero llegó y mientras disparábamos a los que nos seguían subimos y nos largamos por patas.


Ahora por fin, vivimos en una ciudad que no huele a muerto, al menos... por ahora...


                                                                 FIN


                                     









El pequeño detective.

Ya habían empezado las vacaciones y mis padres Eric y Sara decidieron que nos fuéramos a una casa en el campo a pasar el verano, había casas separadas unos quinientos metros unas de otras y una especie de mansión en el centro donde servían la comida y demás para los alojados. A nosotros nos tocó la casa numero 31 llegamos ya anocheciendo, la casa estaba bastante bien, tenia un jacuzzi en el jardín con suelo de madera alrededor era como una mansión gigantesca de dos plantas en la de abajo estaba el salón que tenia un hermoso plasma que me iba a servir para viciarme a la videoconsola en la cocina había pizzas preparadas para darnos la bienvenida, estaban buenísimas, mi habitación era enorme y tenia otro plasma en ella, la cama era muy confortable y espaciosa, pensé que serían las mejores vacaciones de mi vida.

Al día siguiente fuimos a la mansión central a desayunar una vez terminé, el cocinero me dijo:

-Tú, ven.

-Dígame señor.

-¿Cómo te llamas?

-Me llamo José.

-Bien José ¿En que casa te alojas? 

-En la número 31.

-Pues hazme el favor de ir a la casa anterior a la tuya y despertar a los inquilinos que se les va a pasar el tiempo del desayuno.

-Vale ahora voy.

Me dirigí hacia la casa número 30, pero tras un rato buscando me fijé en que la que está antes de la mía es la 29 y la anterior a la 31 es la 30, pero no había casa numero 30 por lo que volví a decirle al cocinero que la casa 30 no estaba a lo que el respondió:

-Me refería a la 29 la casa 30 fue derruida por unos problemas que hubo pero no te preocupes ya han venido ellos.

Volví con mis padres que decidimos dar un paseo para ver el paisaje y respirar aire puro. Les comente lo de que no existía casa número 30 y lo que dijo el cocinero, mis padres al igual que yo se quedaron intrigados de lo que pudo haber pasado en esa casa, pero pronto se nos olvido porque llego la hora de la comida y fuimos a ver que había para comer. Como es verano y a mis padres no les hace gracia que salga con la calor después del medio día me puse a jugar a la videoconsola. 

A la tarde, cuando ya empezaba a refrescar fui dar un paseo, al ver la casa numero 29 volví a recordar que no existe la número 30, intrigado fui a hablar con el cocinero para preguntarle que porque se demolió y el me dijo:

-¿Realmente quieres saberlo?

-Si, por favor cuéntamelo.

-Bien, era una noche fría de invierno de 1997, una pareja decidió venir aquí a pasar sus vacaciones de navidad, le dimos la casa número 30, todo transcurría con normalidad hasta que una noche, la casa salió ardiendo, no pudimos hacer más que esperar a que llegaran lo bomberos. Cuando consiguieron frenar las llamas, ya era tarde, ambos habían muerto. La casa se derruiría días más tarde y el jefe dijo que no volvería a existir.

-Dios, es horrible, ¿Cómo se produjo el incendio?

-Nunca se supo, por lo que lo declararon un accidente.

Un poco consternado, fui a llamar a mis padres por que la cena ya estaba lista. Mientras comíamos mi padre me noto extraño y me dijo:

-José ¿Qué te pasa?

-Si cariño, ¿Ha sucedido algo?

Yo les conté lo que el cocinero me había dicho y se quedaron callados. Un poco más tarde fuimos a dormir, al poco tiempo vi una luz por la ventana, me asomé y la casa 29 estaba ardiendo, no lo podía creer alerte a mis padres que llamaron al servicio de bomberos, era una pareja la que estaba en la casa en llamas al igual que 14 años atras.

Por suerte sobrevivieron porque las quemaduras no eran graves y la policía abrió el caso anterior junto con este ya que era extraño que todo hubiera sucedido en las mismas condiciones salvando las distancias del tiempo.


Mientras la policía tomaba testimonio a mis padres vi la puerta de un cobertizo cercano cerrándose, me acerqué a ver quién había entrado, tal vez era quien provocó el incendio, no debía ir solo tras el, pero antes de pararme a pensarlo ya estaba delante del cobertizo cogí una pala que había en la entrada, por si acaso.


Abrí la puerta y escuche unos pasos, como si alguien estuviera corriendo sobre mi, caminé un poco y vi al lado de una mesa gasolina derramada y una cerrilla colgando de una cuerda, la cerrilla casi quemaba la cuerda, si llegaba a quemarse y caer ardería el cobertizo conmigo dentro.


Cuidadosamente apagué la cerrilla con los dedos y salí a avisar a la policía, entraron y tras revisar el área encontraron a Rodrigo, el jefe, inconsciente en la segunda planta del cobertizo. Había sido un intento de asesinato, pero ¿Quién sería capaz de tal crueldad?.


Tras una media hora, Rodrigo despertó dice que solo recordaba haber estado hablando con Luis el cocinero y haber aparecido allí. Buscaron por todo el recinto y no dieron con el, su culpabilidad era clara, pero no se sabía donde podía estar.


Un agente se acercó a tomarme testimonio, mientras el me hacia preguntas miraba hacia otro lado, ya que me producía nerviosismo hablar con un policía y me fijé en que había una persona entre los presentes que no había visto nunca, se lo dije en voz baja a el agente se acercó hacia el como si le fuera a tomar testimonio pero rápidamente lo esposó y lo sentó en una silla pregunto a todos si alguien le conocía a lo que todos respondieron que no.Yo me acerqué, le tiré del bigote y para sorpresa de todos era el cocinero.


Mientras la policía le llevaba hacia el juzgado, el coche se estrelló contra un árbol y el preso huyó, cada noche tiemblo, por miedo a que vuelva en busca de venganza...


                                                                  FIN

In the hospital.

Ayer ya por la noche salí a dar un paseo por un parque recóndito y oscuro, pretendía, desconectar había tenido un día duro y me encontraba fatigado de tanto trabajo. Me encontraba sentado en un banco cuando escuché moverse la maleza tras de mi, me levante rápidamente, mire hacia atrás un poco alterado. Me relaje al no ver nada y decidí dar un paseo por aquel parque, había tanto silencio que casi me parecía increíble.


Me tumbe en el césped a disfrutar del sonido suave y relajante de la brisa que corría. De repente el silencio se perturbó volví a escuchar la maleza moverse acompañada de un grito de una chica, me levanté y como el grito cesó no supe exactamente de donde venía así que di una vuelta por si conseguía encontrar a aquella chica ya que podía tener problemas, tras un rato mirando en aquel parque me resigne y creí haberlo imaginado por lo que decidí volver a mi casa a dormir ya que eran las dos de la madrugada.


Al siguiente día la curiosidad era superior a mi así que decidí volver a aquel parque cuando anocheciera y así lo hice llegue un poco después de que anocheciera, pensé en hacer lo mismo que hice el día anterior me senté en el mismo banco durante un rato, pero no vi ni escuche nada. Más tarde me tumbé en el  césped de nuevo ,empecé a quedarme irremediablemente dormido, intente mantenerme despierto pero me fue imposible.


Cuando pude levantarme ya no estaba en el parque, ni muchísimo menos, me encontraba en una habitación hecha de azulejos blancos la habitación era de más o menos cinco por cinco metros las paredes estaban manchadas de algo negro que parecía sangre seca y había solo una salida, que era una puerta cerrada. Me entro el pánico y no fui capaz de abrir la puerta por miedo a lo que hubiera detrás de esta tras un rato temblando y acercándome a la puerta tímidamente logre agarrar el picaporte y empecé a girarlo antes de hacerlo completamente escuche un rugido, gemido, grito, no se expresar que era pero lo que si se es que me cague encima y no abrí la puerta.


Paso el tiempo y volví a intentar, esta vez abrí la puerta, saqué la cabeza tímidamente la siguiente habitación era grande pero igual que la pequeña, azulejos blancos, con partes ensangrentadas, ¿Qué ha pasado aquí? me pregunté seguí avanzando rápidamente, parecía un hospital, había cadáveres en todas la habitaciones seguía buscando la salida y solo encontraba habitaciones de pacientes, estaba desesperado, cuando creía que iba por buen camino escuche aquella especie de grito mire tras de mi, uno de los aparentes muertos se había levantado y venia detrás mía, tras ver que no era mi tipo, entre en una habitación y cerré la puerta, este individuo o como se le pudiera llamar golpeaba violentamente la puerta por lo que puse una cama a modo de intento de que no entrara mire a los lados, vi una ventana y pensé por fin, aunque me tenga que tirar de un noveno saldré de aquí. Pobre de mi, la ventana estaba totalmente tapiada cerca de la ventana había un hacha supongo que para salir en caso de emergencias ,aunque eso no era una ventana ya, probé a golpearla con el hacha pero se rompía.


Decidí que tenia que salir y con el hacha podría defenderme con miedo, créanme, mucho miedo, abrí la puerta el cadáver estaba en el suelo otra vez inmóvil y yo, desconfiado le di unos cuantos hachazos para que viera quien es el jefe y se quedara quieto un rato, seguí caminando y me tope con otros dos muertos vivientes, esta vez estaba dispuesto a enfrentarme a ellos, lancé un ataque con el hacha y le corte un brazo a uno de ello, tras un rato conseguí derrotarlos y poder avanzar pero detrás mía había otro más, lo derribé de un hachazo en el cuello y le golpee varias veces en el suelo hasta asegurarme que no se movería más.


Llegué a un pasillo que parecía interminable a mitad de esta un muerto viviente calló, del sistema de ventilación haciendo muchísimo ruido del susto me caí de culo y aquel ser empezó a gatear hacia mi.
Recogí el hacha que se me había caído y le golpee brutalmente en la cabeza, salí corriendo y cerré la puerta del final del pasillo para evitar que le diera por darme otra agradable sorpresa, observé la habitación en la que había acabado parecía no haber de esas cosas en ella así que me tranquilicé parecía la habitación de una especie de guarda porque había una televisión de caja y un uniforme en un armario abierto de par en par.


Lo miré y en lo más profundo del armario había una escopeta y cartuchos. Por lo que este hospital tenia nuevo segurata y ademas con ganas de dar leña, la tele se encendió de repente y por poco le disparo del susto apareció en pantalla un hombre que dijo:


-Hola, yo era el antiguo guarda de este hospital, supongo que ya te habrás percatado de que aquí esta pasando algo, yo ya llevo cerca de un mes encerrado en una habitación blindada del hospital y los víveres ya se están acabando... Cuando llegó el primer "paciente" en el estado de esos muertos vivientes empezó a contagiar a todos los médicos que intentaban atenderlo al poco tiempo se declaro en cuarentena el hospital y hace una semana, dieron por muertos a todos los que estábamos aquí. Aún así tengo la esperanza de que manden una patrulla en busca de supervivientes hasta entonces, ¿Por qué no intentas llegar a mi posición y me ayudas a arreglar la radio?.


Yo acepte al instante ya que sabia que solo nunca saldría solo de aquel lugar así que le pregunté como podía llegar a aquella cámara blindada a lo que el respondió:


-Habitación por la puerta de la derecha habrá una mesa, en su cajón encontraras cartuchos de escopeta, que te vendrán muy bien, solo veras una puerta avanza, ábrela y una vez allí verás un montacargas móntate y cierra la puerta mientras yo activaré la corriente para que puedas subir hasta aquí.


Comencé a moverme, cogí la munición y con escopeta en mano, seguí avanzando cuando abrí la puerta del montacargas vi 5 muertos vivientes, ¡Si 5! Dispare a dos después con el hacha derribé a uno de un golpe en el tórax y otro en el cuello mientras los otros dos se me abalanzaron aparté a uno de una patada en el estomago y, al otro, le aticé con todas mis fuerzas en la cabeza. Mientras el ultimo se levantaba le di una patada en la cabeza y después le pegué repetidamente con el hacha. Antes de que vinieran más me subí a montacargas.


Tras un rato, empezó a moverse, cuando se paró abrí el montacargas y ya por fin encontré a aquel guarda que me invitó a tomar un café para hablar:


- Me llamo John y chico, ¿Sabes como has llegado aquí?


-Sinceramente no, me quede irremediablemente dormido en un parque y cuando desperté estaba aquí.


-Que extraño pareciera que este lugar busca algo de ti.


-Pues si busca algo que me lo diga ya, ando necesitado de largarme pronto. Por cierto ¿Esa radio, esta muy rota?


-No, el problema es que tengo que trabajar como si lo fuera a operar con un bisturí ya que no hay destornilladores ni nada por el estilo y tengo que tener mucho cuidado porque como con el bisturí corte un cable, aquí nos quedamos.


-Pues pongámonos manos a la obra.


Después de un rato intentando arreglarlo nos dimos cuenta de que había un cable azul roto y pensamos que eso era todo lo que había que arreglar, juntamos las dos partes del cable y ¡Listo! se encendió tras buscar un canal que no estuviera inutilizado pedimos ayuda nos dijeron que ahora mismo mandarían un helicóptero con agentes especializados para sacarnos, dijeron que tardarían aproximadamente una hora.


Pronto escuchamos los gritos desgarradores de esas criaturas y comenzaron a golpear la puerta, parecía una multitud furiosa. John y yo temimos de que fueran capaces de tirar la puerta blindada así que el cogió una escopeta que tenia en la sala y yo recargue la mia.


-Olle chico, si llegaran a abrir la puerta aún podemos ocultarnos en otra sala hasta que aguante, allí tengo un par de pistolas ya que la escopeta es demasiado lenta si vienen muchos.


-Vale pero, ¿Crees que llegaran a tiempo?


-Eso depende de lo que seamos capaces de aguantar, espero que si.


...(Crujido de la puerta)


-Uff... chico esa puerta no va a dar para mucho más vamos a la otra sala.


Nos dirigimos hacía la ultima habitación en la que podíamos ocultarnos bloqueamos la puerta conciencia pusimos mesas delante y una cama ademas de atrancarla con un palo de metal, estábamos atrapados, y solo podíamos ganar tiempo hasta que vinieran a rescatarnos.


Pronto la puerta de fuera cedió y empezaron a golpear la de la habitación en la que nos encontrábamos la puerta temblaba, había un gran estruendo entre golpes y gritos, yo estaba totalmente acojonado pero john parecía mantener la calma.


-Chico, toma la pistola y toma munición, la necesitaras.


-Vale, ¿Qué haremos cuando entren?


-Luchar por nuestras vidas y intentar soportar lo máximo posible.


(Sonido de un helicóptero acercándose)


-¡Ya están aquí! ¡Estamos salvados!


-Chico, todavía, primero tienen que conseguir que no los maten a ellos y después encontrarnos así que aún no te confíes y prepárate para luchar.


-Bueno, vamos...


(Sonido de golpes en la puerta...)


-John se ha roto una de las clavijas que sujeta la puerta... estamos perdidos...


-Tranquilízate y apunta hacia la puerta.


La puerta estaba cediendo y no paraba de chirriar, la misma pared de alrededor se estaba resquebrajando, el miedo estaba apunto de superarme pero la tranquilidad de John ante esta situación me mantuvo cuerdo.


-Chico disparales en la cabeza y cuidado con los que ya han caído, podrían levantarse de nuevo.


-Esta bien...


(Sonido de puerta al golpear con el suelo)


-Chico ¡Dispara!


Eran como mínimo cincuenta, entre los dos derribamos a unos quince rápidamente pero pronto necesitamos cambiar el cargador por suerte solo podían acceder por la entrada y podíamos cazarlos antes de que entraran  llegaran a nosotros.


(Sonido de una explosión)


-Hay alguien ahí somos los agentes Raian, Makoski y Red hemos venido por el aviso de que aún quedan supervivientes en el hospital.


-Vamos john ya están aquí.


-Lo siento chico pero me han mordido por lo que estoy infectado vete antes de que halla problemas


-Blue hemos encontrado a los supervivientes, procederemos a sacarlos aterriza.


-Recibido.


-Venga vamos ya hemos pedido que traigan el helicóptero daos prisa antes de que vengan más.


-Agente a mi amigo lo han mordido ¿Qué podemos hacer?


-Según los datos que tenemos de la infección, solo podemos dejarle aquí o peligrara la vida de mucha gente.


-Vamos chico vete con ellos.


-Gracias por todos John...


Muy a mi pesar tuve que dejarle morir, pero conseguí volver a mi hogar... estés donde estés gracias John no te olvidaré...


                                                                      FIN